" Un hombre es siempre un cuenta cuentos; vive rodeado de sus historias y de las historias de los demás; ve todo lo que le ocurre a través de ellas, e intenta vivir su vida como si estuviera contando un cuento" Jean-Paul Sartre
lunes, 15 de abril de 2013
SÍNDROME DEL PATITO FEO
El cuento del patito rechazado por los demás por su apariencia diferente, que finalmente resultó ser un cisne, nos recuerda al síndrome de dismorfobia o también conocido como Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).
Este trastorno fue descrito por primera vez por Morselli (1886) que lo define como “sentimiento subjetivo de fealdad o defecto físico que el paciente cree que es evidente para los demás, aunque su aspecto está dentro de los límites de la normalidad”. Y sin embargo esta patología fue considerada como trastorno mental hasta 1987.
Las personas con TDC son individuos de apariencia normal que se imaginan tan feas, deformes o monstruosas, que causa un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras importantes áreas de la actividad del individuo, como los estudios o las relaciones íntimas. Los hombres se preocupan generalmente de los genitales, mientras que las mujeres suelen preocuparse más con su cara, pelo y pecho. Este trastorno suele comenzar en la adolescencia e ir disminuyendo con la edad, aunque en ocasiones puede persistir en la edad adulta. Algo que debe resaltarse es que las personas con TDC no quedan satisfechas con los resultados al someterse a una cirugía estética.
El tratamiento psiquiátrico para estos pacientes es difícil, pero con terapia congnitivo-conductual o medicación (antidepresivos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación del serotonina), se pueden recuperar.
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